martes, 30 de agosto de 2016

CHUMBEANDO

ASI NOS RELATA MARIA ENGRACIA Son fotos de esta mañana.Hemos estado "Chumbeando".Hemos hecho una tertulia sobre el higo chumbo y luego los hemos degustado.Actividad realizada en coordinación entre el psicólogo,la fisio y la asc.Riquisimos!!!
VISITA NUESTRA WEB

lunes, 29 de agosto de 2016

FIESTA DE LA GUARDIA

En “mi Guardia” veo que hay tanto que hacer todavía. Con el tiempo comprendí que aquello era solo una ocasión que ella ofrecía: nosotros estábamos allí por la capilla y mientras tanto ella trabajaba para construir el verdadero santuario dentro de nosotros, en nuestro corazón, en nuestra conciencia transformada, ante todo yo me sentí por ella convertido y cambiado por dentro. 1San Luis Orione subía a menudo al santuario. Cada vez que tenía que tomar importantes decisiones iba a pedir consejo a María. Pasó una noche entera en oración, arrodillado al frío, frente a la entrada a la capilla de la Aparición antes de lanzarse a la gran aventura de adquirir el Paverano para construir un Cottolengo, un gran edificio donde soñaba recibir a tantos pobres y enfermos. Y la Virgen no lo abandonó: hoy el Paverano con sus más de 600 asistidos y sus 400 trabajadores, es la expresión más grande de la caridad presente en Génova. Este episodio se recuerda hoy con una bella estatua, de modo que quien sube al santuario puede ver a Don Orione arrodillado sobre los escalones de la capilla como en aquella noche. Don Orione, al igual que Benito Pareto, era hijo de gente pobre, también élEstatua santuario de la Guardiaandaba dando vueltas buscando ayuda para construir en su pueblo Tortona un santuario dedicado a la Virgen de la Guardia. Soñaba que sobre el campanario de la iglesia hubiera una gran estatua de la Virgen Guardiana para todo el pueblo tortonés y por eso comenzó a recoger las ollas de cobre rotas e inutilizables. Pronto se le conoció en los campos del Piamonte como “el cura de las ollas rotas”. Parecía que juntaba basura, cosas que la gente tiraba, pero en cambio fue el iniciador de la construcción de la colosal estatua que hoy se ve brillar como oro desde lo alto del campanario de Tortona. La Virgen de la Guardia en los inicios de la Congregación en Argentina. La Guardia,Victoria, Argentina Cuatro individuos atraviesan los pórticos de madera de una iglesia, prácticamente en estado de abandono, ubicada en un pueblo de la provincia de Buenos Aires, llamado Victoria. Una vez en su interior, echan a caminar muy lentamente por la nave central, rumbo al altar mayor, intentando observar con detenimiento cada detalle del edificio. Es el mes de noviembre de 1921. De pronto, uno de ellos que es sacerdote, se separa del resto, y hasta parece haber perdido la compostura. Se lo ve como exaltado primero, conmovido y arrodillado después, frente a una imagen de la Virgen, elevando los brazos y, diciendo en alta voz: “¿Es que no lo ven?; ¡Es la Virgen de la Guardia!”… palabras encendidas que salen de la boca de este sacerdote, no tan conocido hasta ese momento, cuyo nombre es Luis Orione. Su aspecto se había transformado ese día. El dolor de muelas que hasta ese momento lo tenía a mal traer es como si hubiese desaparecido de un plumazo, y el fervor alegre vuelve a animar su espíritu inquieto y emprendedor, que le hace decir: “Vine a la Argentina con la intención de edificar una iglesia a la Virgen; pero la Virgen fue más diligente que yo y me la da ya hecha. Cuando partí de Génova prometí consagrarle todas mis obras en América y ahora me siento feliz de verla honrada aquí”. Habían sido testigos de aquel singular encuentro entre el Padre Orione y la imagen de la Virgen, Monseñor Maurilio Silvani, secretario de la Nunciatura Apostólica; el presbítero Maximino Pérez, párroco de San Fernando y el Dr. Tomás R. Cullen Crisol, conocido vecino de Victoria. Don Luis Orione había viajado a la Argentina por invitación de Mons. Silvani, a quien había conocido en Italia. En la carta de invitación le decía: “Aquí hay para elegir. Monseñor Francisco Alberti, Obispo electo de La Plata, le costea el viaje y se encarga de conseguirle una buena residencia, lo más cercana posible a la capital argentina; se habla de ofrecerle un orfelinato en Mar del Plata, una colonia agrícola en Pergamino… pero venga, venga pronto, en noviembre, que en Argentina es el mes de la Virgen María y de las flores. Aquí no hay nada para los pobres, no hay nada para los niños abandonados, para los desamparados…” Desde hacía unos meses, Don Orione se encontraba en Brasil, acompañando a sus religiosos que años atrás habían comenzado una misión allí. De modo que al recibir la carta, acepta la propuesta, incluso con la idea de participar de la peregrinación anual de italianos al Santuario de Luján, a la que también había sido invitado. Todo se pone en marcha rápidamente y el día 8 de noviembre se embarcó en la nave inglesa “Deseado”, pero por inconvenientes con su pasaporte, debió quedarse en Montevideo. La tan inesperada como breve estadía de Don Orione en Uruguay, le sirvió para conocer al Arzobispo de Montevideo, Mons. Juan Aragone, quien le propuso lugares para comenzar su obra allí. Este ofrecimiento, si bien no pudo ser aceptado por escasez de personal religioso, quedaría como una puerta abierta muy interesante hacia una futura presencia de la Obra en aquel país. Finalmente, la noche del domingo 13 de noviembre de 1921 Don Orione desembarca en el puerto de Buenos Aires. Lo recibe Mons. Silvani, y lo acompaña hasta la casa de los Padres Redentoristas, anexa a la Iglesia de las Victorias, en pleno centro de Buenos Aires. Allí se traslada con sus sueños a cuesta, con incertidumbres y expectativas alimentadas a base de una gran certeza: Dios sabía muy bien lo que estaba haciendo… A los pocos días de llegar a la Argentina, Mons. Alberti, lo recibe en audiencia en La Plata y le ofrece hacerse cargo de una capellanía en Victoria, que pertenecía a la Parroquia Ntra. Sra. de Aranzazu de San Fernando. En efecto, el templo había terminado de construirse en 1913, a partir de un terreno donado a fines del siglo XIX. Su inauguración como capilla la había tenido en mayo de 1920, pero el P.Maximino Pérez –párroco del San Fernando- no podía atenderla en forma regular por falta de sacerdotes. En su interior contaba con aquella imagen de Ntra. Sra. de la Guardia que tanto impactó a Don Orione y que inspiraba en él una devoción tal, al punto que deseaba desde hacía tiempo levantarle un santuario en su querida Tortona (Italia), cosa que más tarde lograría. La providencial presencia de aquella bella imagen había tenido que ver con la iniciativa de don Francisco Cervetto, vecino destacado de la incipiente comunidad, quien la había mandado traer desde Génova. Lo que seguramente jamás habría imaginado es que al poco tiempo un santo se inclinaría extasiado a los pies de esa imagen de la Virgen y que el templo, recientemente inaugurado, habría de ser puesto, algún día, bajo su advocación. Don Orione al encontrarse con la Virgen aquel 17 de noviembre, comprendió a las claras que ése era el lugar indicado para comenzar su obra en estas tierras y aceptó el ofrecimiento sin dudarlo un instante. Dios se lo estaba señalando, y la realidad misma del lugar lo movía a compromiso: “Victoria tendrá unas 400 almas y los domingos concurren a Misa entre 50 y 60 personas. Una de las razones por las que preferí Victoria a otros lugares bajo varios aspectos mucho mejores, fue precisamente porque éste se me presentó como un pueblo completamente abandonado. La población está formada en su mayor parte por ferroviarios, gente que no es estable, que generalmente está inscripta en el registro de los partidos más avanzados; algunos padres arrancaron e las manos de sus hijos las medallitas que les hemos regalado nosotros… Hasta hoy no tengo dinero, pero la Virgen Santísima lo mandará, porque eso también es necesario y Ella lo proveerá. Dios no nos abandonará, si somos suyos y si vivimos humildes y pobres”. Así lo atestigua el mismo Don Orione. Inmediatamente, escribió a su Obispo de Tortona, contándole las novedades y explicándole que “es Dios el que me empuja a hacer lo que hago, a pesar de tantas dificultades e incomprensiones… es la Virgen que me lleva a hacer obras que no son mías”. Sólo así se explica cómo un hombre que estaba enfermo del corazón y que tenía dificultades para caminar a causa de una lumbalgia, continuara extendiendo sus esfuerzos hasta el máximo y realizando cosas que desde fuera pudieran juzgarse como insensatez. ¡Oh, María, nuestra dulce Madre y amorosa custodia, recordando tu aparición a Benito Pareto en la cumbre del monte Fignona, recibe nuestro homenaje lleno de gratitud y de confianza. Tú escuchas siempre las oraciones de tus hijos, en el modo y en el tiempo querido por la Providencia de Dios; desde que te has aparecido sobre la Santa Montaña a Nuestro Humilde hermano, has hecho descender sobre quienes han invocado tu intercesión copiosas bendiciones. Reconocemos que somos indignos de tu bondad, pero por esta razón esperamos tu amor de Madre que nunca rechaza la ayuda a sus hijos más débiles y pecadores, y por lo tanto más necesitados por la misericordia de Dios,para que se conviertan y obtengan tu perdón. Implora de tu Divino Hijo la salud del alma y del cuerpo, consuela a quien llora, inspira concordia donde hay incomprensión, da fuerza a quien es perseguido, paciencia a quien está atribulado, lleva a todas partes la serenidad, la paz y el gozo. Ayúdanos, con tu ejemplo de plena fidelidad al Señor, a custodiar en nosotros el preciosisimo don de la vida Divina que Jesús nos ha merecido con su muerte y resurrección y nos ha dado en el Bautismo. Así nos ha hecho miembros de la familia de Dios, la Iglesia, de la que Tú eres Madre. Agradecidos por tantos dones pide para nosotros al Señor: fe sin tinieblas, esperanza inquebrantable y caridad ardiente. Así, después de haber caminado en la vida terrena con los hermanos hacia los bienes que la bondad de Dios nos ha prometido, podremos alcanzar la eterna felicidad en Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÈN.

viernes, 26 de agosto de 2016

Terracita de verano

Así nos relata ROSARIO. TERRACITA DE VERANO....AL RICO HELADO En la tarde de hoy viernes hemos tenido otra tarde veraniega acercando las cosas sencillas a nuestros residentes...luego hubo bingo,música y bailes...
visita nuestra web

lunes, 22 de agosto de 2016

DIÍTA DE PLAYA

Nuestros residentes han podido disfrutar un día más de la playa de Matalascañas.... Damos las gracias a todos desde este medio de comunicación.
VISITA NUESTRA WEB