San Luis Orione, nació en
Pontecurone, provincia de Alessandria (Italia), el 23 de jinio de 1872,
el ambiente de pobreza y de piedad sincera que caracterizaba a su
familia fue el mejor estímulo para hacer brotar en su corazón el germen,
a la vez tierno y robusto de un amor ardiente hacia Dios y hacia los
hombres que se convertirán en la luz y guía de toda su vida.
Su vocación, acrisolada y robustecida en el sacrificio, recibió un fuerte impulso durante los seis meses pasados en el Convento de los franciscanos de Voghera (1885-1886),
durante el trienio trasncurrido junto con Don Bosco y sus santos
colaboradores (1886-1889) y durante el duro aprendizaje del tiempo
pasado en el Seminario diocesano de Tornona, rico en sacrificios y en
humildes trabajos al servicio de la Catedral (1888-1893). Las vicisitudes religiosas y político sociales de aquellos años de fervorosa preparación al ministerio sacerdotal provocaron
en Luis Orione un afán incontenible por actuar antes que nada a favor
de los niños huérfanos, sin medios de subsistencia, abandonados, sin
posibilidad de desarrollar sus propias capacidades intelectuales y de
seguir sus inclinaciones; en un segundo momento abrirá todo tipo de
instituciones caritativas al servicio de los más pobres y necesitados.
El impulso de su gran corazón le llevó a fundar las obras más diversas:
colegios de enseñanza, pequeños Cottolenngos, centros agrícolas,
escuelas profesionales, obras de caridad.....
Además de la rama de los sacerdotes y
hermanos, fundó los Ermitaños de la Divina Proviencia en 1898, las
Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad en 1915 y las Hermanas
Sacramentinas Adoradoras Ciegas en 1927. Pasó cuatro años entre sus
misioneros en Sudamérica en dos viajes. Murió en una casa de reposo de
San Remo, donde, contra su voluntad, le habían mandado los médicos,
confiando en su pronta recuperación. Era el 12 de Marzo de 1940. Antes
de dejar Tortona el 8 de marzo, había manifestado: "No quiero vivir y morir entre palmas, sino entre los pobles que son Jesucristo"
